miércoles, 27 de abril de 2011

Gavdos, la nueva era. Capitulo 1. 3ª Parte.

Capitulo 1: Larga vida al rey de este dulce hogar.

Un sabroso pollo a la griega.

Ojeando libros de cocinas, encuentro una receta fácil y de mi antojo, merluza a la griega Creo que voy a ir de pesca. Arrastraré mi barca hacia el mar, me hice con esta barquita que se encontraba destrozada y abandonada en la orilla. Después de varios días de mi vigilancia, asumí que nadie le prestaba atención y por lo tanto nadie la echaría de menos. Ahora, después de unos días de continuos arreglos, le doy la utilidad que se merece toda barca pesquera.
Me la llevo a pescar, mis herramientas para pescar en el mar son algo deficientes, quizás en un río...Pero en la receta leí que podía ser cualquier pescado similar a la merluza. Tarde o temprano picarán. 
Me gusta saber cómo es la vida de otros seres vivos, mis estanterías vacilan de tener las mejores colecciones sobre la vida de animales que se hayan conocido, pero desgraciadamente no leo mucho sobre peces que puedan ser pescado por una simple caña barata. Pero no demoraré. Todavía queda tarde para pescar algo.
Es paradójico que los peces de mar puedan sentir sed, la gran cantidad de salinas en el agua del mar hace que el pez pueda tener esa sensación. Con suerte puede que se acerque un pez sediento para poder ofrecerle una gran olla de agua hervida.
Nada...esa receta de merluza a la griega tiene que estar muy rica con ese limón y esas rodajas de tomates como tenía en la foto. Empiezo a aburrirme y a desesperarme. Para distraerme miro los muchos barcos que parten de Creta. Será algún tipo de festejo o algo por el estilo. Me apartaré para no ser arroyado por una de esas gigantescas máquinas de transporte.
Aun alejado, continúa el oleaje. Muchos barcos continúan saliendo de Creta y me están ahuyentando los peces, ya tengo una excusa para no sentirme inútil en este mundo de la pesca. Parece que la caña se ha enganchado en las rocas, señal de que me aproximo a la orilla. Creo q voy a rendirme y acudir a los comercios de Creta.
La mezcla de desconocimiento en el mundo de la pesca y las escasas herramientas que poseo para pescar no debe de ser lo más adecuado para un buen de pesca, vuelvo a tener otra excusa. Me gusta consolarme después de algún fracaso. Menos mal que en Creta me servirán un buen pescado.
Cambio de transporte, dejo la barca y cojo el coche. Es un jeep de color marrón que conseguí a buen precio en Creta. En Creta se encuentran buenas ofertas, he conseguido libros y muebles a unos precios irrisorios.
A escasos kilómetros de casa, mientras contemplaba las vistas que dejaban esos barcos que continuaban llegando y zarpando que recordaban a las batallas navales de antaño. Conducía tan despistado que se cruzó algo que no vi. Una gallina apareció de la nada e impactó con mi todoterreno. Aun agoniza en el suelo. No es la única gallina que se ha escapado de su corral, pues veo muchas gallinas dispersas huyendo de mí. Se me ocurre una idea con esta gallina después de matarla para quitarle el sufrimiento.
De vuelta a casa, voy a darle una ceremonia digna a esta ave. Creo que hoy voy a cenar un sabroso pollo a la griega.
Esta noche no ha sido una cena muy tranquila. Los barcos no han parado de hacer ruido. Me gusta el silencio quizás por eso no tenga ninguna televisión ni radio, para no sufrir la tentación de conectarlos y poder quedar hipnotizado de tales aparatos de distracción. Mientras me viene el sueño, tocaré una melodía a la memoria de esa gallina, que sin querer se ha convertido en la gran protagonista de este aburrido día. Descansa en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario